La arremetida del presidente francés, Emmanuel Macron, este martes contra las personas en Francia que no han sido vacunadas contra la covid-19 sorprendió al país.
Sobre todo por la contundencia y el lenguaje utilizado por el mandatario, que culpa a los antivacunas de dificultar la salida de la crisis para todo el mundo.
«A los no vacunados, tengo muchas ganas de fastidiarlos. Y así lo seguiremos haciendo, hasta el final«, dijo en una entrevista ofrecida al diario francés Le Parisien y publicada este martes.
El controvertido verbo francés utilizado por el jefe del Estado, emmerder, es muy coloquial y, según el contexto, puede traducirse también por cabrear, hacer la vida imposible o joder.
Ante ello, sus oponentes políticos dijeron que el fuerte lenguaje que usó en la entrevista no era digno de un presidente.
Aunque también hubo quien defendió a Macron, comenzando por el diputado Christophe Castaner, quien aseguró que los franceses necesitan «esta claridad». «Utiliza una palabra que muchos franceses piensan», dijo.
También se mostró comprensivo su ex primer ministro, Édouard Philippe, uno de los rostros más populares de la política del país tanto en el centro como en la derecha.
«El presidente se explica a veces de forma familiar. Creo que todo el mundo ha comprendido lo que quería decir. Ya dirá él si se arrepiente», dijo Philippe que apoya sin rodeos la vacunación obligatoria.
En la entrevista, Macron añadió que, aunque no tiene en mente «vacunar por la fuerza», espera presionar a la gente a vacunarse «limitando tanto como sea posible su acceso a las actividades de la vida social».
«No enviaré [a personas no vacunadas] a la cárcel», dijo.
«Así que tenemos que decirles: a partir del 15 de enero, ya no podrán ir restaurantes. Ya no podrán ir a tomar un café, ya no podrán ir al teatro. Ya no podrán ir al cine».
Estos días el Parlamento francés debate precisamente sobre un proyecto de ley que contempla la introducción de un pasaporte de vacunación, cuya aplicación implicaría vetar el acceso a gran parte de la vida pública a aquellos que no estén inmunizados.
Los comentarios de Macron y la tensión en la Asamblea ha frenado el calendario inicial previsto por el gobierno, que quería aplicar el pasaporte a partir del 15 de enero.
Varios países europeos están introduciendo vacunas obligatorias.
Austria empezará con este plan para los mayores de 14 años a partir del próximo mes y Alemania está planeando una medida similar para los adultos.
Antecedente histórico
El presidente francés Georges Pompidou utilizó un lenguaje similar al de Macron en 1966.
Pero, a diferencia del actual mandatario, dijo que era hora de dejar de «fastidiar» a los franceses.
Uno de los aliados de Macron, Christophe Castaner, dijo el miércoles que «la frase no había sorprendido a nadie cuando salió de la boca de Pompidou».