Lo descubrieron los romanos; para los celtas era una fuente sagrada. Tres buzos murieron intentando descubrir de dónde viene.
Con la cantidad de documentación, tecnologías y conocimientos que disponemos actualmente, aún cuesta creer que en pleno siglo XXI existan construcciones misteriosas sobre las que absolutamente nada se sabe.
Y este es uno de esos enigmas. Los habitantes del pueblo francés de Tonnerre llevan siglos intentando descubrir sin éxito de dónde proviene el impresionante caudal del manantial Fosse Dionne ubicado en el centro de la ciudad.
Este es un pozo sin fondo que encontraron las civilizaciones antiguas pero del que aún no se ha conseguido descifrar el origen de tal cantidad de agua.
Una larga historia
Si bien los romanos ya lo encontraron hecho, fueron los primeros en documentar la existencia del pozo sin fondo y en crear una civilización a su alrededor. Aunque no se supiera el nacimiento de aquella gran cantidad de agua, los habitantes de Tonnerre la usaron durante siglos en su día a día.
Sin embargo, esta civilización no fue la única que la encontró. Durante siglos, los celtas consideraron que el pozo sin fondo era una fuente de agua sagrada y después los franceses lo usaron como una piscina pública. Resulta casi impensable que a día de hoy todavía nadie ha conseguido averiguar de dónde viene el agua.
Todos los intentos de bucear entre los estrechos pasadizos del pozo fracasaron, incluso tres buceadores murieron en el intento de llegar al final del manantial, dos de ellos en el año 1974 mientras que un tercero en el año 1996.
Los esfuerzos por conseguir descubrir su origen han hecho que incluso la comuna pague a un buceador para que se sumerja en sus aguas hasta llegar al origen, una misión muy peligrosa. De hecho, hasta la fecha no la han completado ni los buzos más expertos.
Aunque los habitantes todavía no hayan conseguido descifrar la incógnita, el manantial se convirtió en un punto de interés que atrae a miles de turistas.
Sin embargo, el peligro y el riesgo que supone que un buceador intente sumergirse en sus aguas ha hecho que, por ahora, se suspendan los intentos de descubrir su misterioso origen.
Carlota Bisbe Mases, La Vanguardia.