Washington comunica que la primera ronda de conversaciones será este otoño.
En plena resaca de la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a Taiwán, el Gobierno de Estados Unidos anunció ayer un acuerdo para negociar un amplio pacto comercial y de inversión con la isla. “El mandato de negociación anunciado hoy establece los objetivos generales compartidos por ambas partes para las próximas negociaciones comerciales. Se espera que la primera ronda de negociaciones tenga lugar a principios de este otoño”, señala un comunicado emitido por la representación comercial de Estados Unidos.
El pasado 1 de junio Estados Unidos y Taiwán ya anunciaron su intención de desarrollar una ambiciosa hoja de ruta para las negociaciones, pero en aquel momento era una forma de contrapesar que había dejado a la isla cuya soberanía reclama China fuera de su iniciativa indopacífica para contrarrestar precisamente la influencia china en la región. Ahora, el acuerdo para empezar las conversaciones llega en un momento de alta tensión con China. El Gobierno de Pekín respondió a la visita de Pelosi con las mayores maniobras militares de su historia en torno a Taiwán. Una visita posterior de otros congresistas también fue respondida con nuevas maniobras.
Estados Unidos y Taiwán han establecido una amplia agenda de negociaciones sobre la facilitación del comercio (sin llegar a plantear un acuerdo de libre comercio como tal), buenas prácticas regulatorias, normas estrictas de lucha contra la corrupción, mejora del comercio entre pequeñas y medianas empresas, profundización del comercio agrícola, eliminación de las barreras discriminatorias al comercio, comercio digital, normas laborales y medioambientales, así como “las formas de abordar las prácticas distorsionadoras de las empresas estatales y las políticas y prácticas no comerciales”, referencia esta última que parece dirigida a China.
En el documento en que se ha plasmado el acuerdo de este miércoles, ese punto se desarrolla señalando a “las empresas estatales y controladas por el Estado y los monopolios designados por el Gobierno”. Los dos países tratarán de corregir esas distorsiones “incluso mediante la adopción de disposiciones destinadas a crear condiciones equitativas para los trabajadores y las empresas cuando compiten con estas entidades en el mercado internacional, entre otras cosas garantizando que estas entidades actúen de manera comercial, estén reguladas de manera imparcial y no proporcionen ni reciban ayuda no comercial que distorsione el comercio”, dice el mandato acordado.
“La negociación profundizará nuestra relación comercial y de inversión, avanzará en las prioridades comerciales mutuas basadas en valores compartidos, y promoverá la innovación y el crecimiento económico inclusivo para nuestros trabajadores y empresas”, ha señalado la representante comercial adjunta de Estados Unidos, Sarah Bianchi, en el comunicado. “Tenemos previsto seguir un calendario ambicioso para lograr compromisos de alto nivel y resultados significativos que abarquen las once áreas comerciales del mandato de negociación que ayudarán a construir una economía del siglo XXI más justa, próspera y resistente”, ha añadido.
La tensión sigue
Que las tensiones entre Washington y Pekín no se han superado dio prueba este martes una rueda de prensa del embajador chino en Estados Unidos donde mantuvo un lenguaje duro y acusador y aseguró que la visita de Pelosi había sido “una provocación política”. Según la transcripción ofrecida por la televisión china, el embajador, Qin Gang, señaló: “Para retomar [la relación habitual] quiero que Estados Unidos piense en su comportamiento erróneo sobre Taiwán, que reflexione sobre cuál es la verdadera política de una sola China y que se abstenga de hacer cualquier cosa para escalar las tensiones porque hay algunas preocupaciones en torno a estos días en China de que Estados Unidos tomará más acciones, política y militarmente. Si esto ocurre, provocará una nueva ronda de tensiones y China se verá obligada a reaccionar”, dijo, tras pedir que se acabe con la amenazofobia, el ver a China permanentemente como una amenaza para Estados Unidos.
Por su parte, Kurt Campbell, coordinador de la Casa Blanca para Asia-Pacífico, ya anticipó el pasado viernes que Estados Unidos reforzará sus relaciones comerciales con Taiwán. “China ha reaccionado de forma exagerada y sus acciones siguen siendo provocativas, desestabilizadoras y sin precedentes”, dijo. Con la política de una sola China, Estados Unidos no reconoce jurídicamente la independencia de Taiwan, pero insta a resolver las diferencias de forma pacífica.