Por un audio filtrado donde piden apoyar la remoción del mandatario Pedro Castillo.
La oposición queda golpeada y dividida, mientras el presidente, cercado judicialmente con denuncias de corrupción, gana algo de oxígeno en un momento complicado.
Cuando en el convulsionado escenario político y en los medios los focos apuntaban a la discusión sobre una posible destitución del presidente Pedro Castillo por el Congreso, quien ha caído ha sido la presidenta del Legislativo, Lady Camones, de la derechista Alianza para el Progreso (APP), partido que se ha sumado al bloque opositor que promueve la salida forzada del mandatario. Un audio le ha costado el cargo. Por lo escuchado en ese audio que se filtró, a la ahora expresidenta del Congreso se le acusa de conducir la agenda del Legislativo siguiendo las órdenes del jefe de su partido para su propio beneficio. Camones había asumido la presidencia del Congreso hace menos de un mes y medio. Antes de su elección por APP como legisladora en las elecciones de 2021 había militado en el fujimorismo, con el que mantiene estrecha cercanía.
El audio filtrado gatilló un escándalo. Se trata de una reunión partidaria de APP realizada el martes pasado grabada por uno de los asistentes. En el audio difundido el último viernes por el portal de noticias Epicentro TV se escucha como el fundador y presidente de APP, el excandidato presidencial César Acuña, le ordena a la entonces titular del Congreso que apure la aprobación de una ley para convertir en distrito un barrio popular en la ciudad de Trujillo, capital de la norteña región La Libertad, ley que Acuña buscaba capitalizar a favor de su candidatura a gobernador de la región en las elecciones de octubre. El plan de Acuña era presentarse como el gestor de la aprobación de esta ley en el Congreso presidido por una dirigente de su partido, con lo que buscaba ganar votos. La revelación del audio frustró el plan.
Destitución
En ese audio también se escucha al jefe de APP ordenar que la bancada de su partido apoye el pedido de destitución de Castillo que un sector de la oposición ha anunciado viene preparando, porque, dice, en sus cálculos eso lo favorecería en su candidatura a gobernador “al tomar distancia de Castillo”. Desde la derecha se vienen haciendo coordinaciones para sumar respaldo a un nuevo pedido de destitución del presidente -sería el tercero en poco más de un año de gobierno-, alegando las denuncias de corrupción en su contra, que están en investigación.
El bloque de la derecha, que es mayoría en el Congreso, se dividió ante el pedido de censura a la presidenta del Legislativo. Un sector le quitó su respaldo. De ese bloque, solamente APP y el partido fujimorista Fuerza Popular apoyaron unánimemente a la cuestionada Camones. Han sido los principales derrotados. Las otras bancadas de derecha se dividieron internamente a la hora de la votación. En ese bloque -en el que tiene rol protagónico una extrema derecha autoritaria que desde el primer día del gobierno busca derrocar a Castillo, pero paradójicamente se hace llamar “bloque democrático”- admiten el duro golpe recibido y las fracturas internas. Las horas siguientes a la caída de la presidenta del Congreso han sido de amargas recriminaciones al interior de la derecha. Del otro lado, las bancadas cercanas al oficialismo y de izquierda votaron sin fisuras contra Camones. Al final celebraron una victoria, algo que suele serles esquivo en un Congreso que maneja la derecha. Fueron 61 los legisladores que apoyaron la destitución de su presidenta, hubo 47 votos que la respaldaron y cinco abstenciones.
Golpeada y dividida
La oposición queda golpeada y dividida, mientras Castillo gana algo de oxígeno en un momento complicado, cuando está acosado por la oposición que lo quiere destituir y cercado judicialmente con denuncias de corrupción. El audio del escándalo le dio al gobierno la oportunidad de contraatacar. Y no la dejó pasar. En la noche del domingo, en una conferencia de prensa, el jefe del Consejo de Ministros, Aníbal Torres, y otros ministros, se adelantaron a la respuesta en el Congreso y exigieron la destitución de la presidenta del Parlamento. También demandaron la intervención de la fiscalía para que investigue a Camones y Acuña por el manejo de la agenda parlamentaria para beneficio personal. Al día siguiente, lo ocurrido en el Congreso le daría una victoria al gobierno.
Los problemas para la expresidenta del Parlamento no terminan con su destitución. La Comisión de Ética del Congreso le ha iniciado una investigación y podría suspenderla por 120 días. En la fiscalía sería investigada, junto con Acuña, por tráfico de influencias, colusión y otros posibles delitos. Abogados cercanos al oficialismo los han denunciado por organización criminal para manejar irregularmente el Congreso. El Jurado Electoral le ha abierto investigación a Camones por presunta violación de la imparcialidad electoral a la que estaba obligada.
La derecha, que mantiene las tres vicepresidencias de la mesa directiva del Congreso que encabezaba Camones, es mayoría para elegir un nuevo titular del Legislativo, pero está dividida. Si la derecha llega a consumar el objetivo de destituir a Castillo y también a su vicepresidenta Dina Boluarte -para eso necesitan dos tercios de la Cámara – la presidencia de la República sería asumida por el nuevo presidente, o presidenta, del Congreso. Eso alimenta las ambiciones personales y partidarias por llegar a ese cargo.