Las mujeres serán mayoría en el gabinete de Boric en Chile
La elección del nuevo presidente de Chile, Gabriel Boric, llegó con una promesa de cambio: una más alta paridad política con un gabinete cuya mayoría son mujeres.
Boric anunció que de los 24 ministerios de su gobierno, 14 iban a estar ocupados por mujeres. La fotografía dominada por mujeres, muestra un cambio sin precedentes desde 1990, cuando volvió la democracia a Chile, y el gabinete estaba compuesto netamente por hombres.
El cambio a simple vista es renovador: Izkia Siches hará historia al ser la primera mujer en el Ministerio del Interior de Chile. Siches fue la jefa de campaña de Boric. Y otra mujer, Maya Fernández Allende, nieta del expresidente Salvador Allende, será la ministra de Defensa de Chile desde el 11 de marzo. Y Camila Vallejo, la exlíder de la Federación de Estudiantes y exdiputada chilena, será la secretaria general de gobierno Boric.
Chile se pone así a la vanguardia en temas de paridad de género en cargos políticos, pero, ¿cómo está el panorama en América Latina?
Paridad de género en América Latina
Que Boric haya nombrado mujeres en casi un 60% de su gabinete presidencial —y en algunos de los más importantes como la Secretaría general, el Ministerio del Interior y de Defensa— pone a Chile como el país más paritario en términos de mujeres en estos cargos a partir de marzo de 2022, cuando tome posesión el nuevo gobierno.
Actualmente, de los 24 ministerios del gobierno de Sebastián Piñera, solo seis son mujeres, lo que equivale a un 25%, según cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal.
En la región, solo tres países —Costa Rica, Colombia y Nicaragua— tienen en sus gabinetes ministeriales más del 50% de mujeres en esos cargos, según un informe de la CEPAL de enero de 2022.
Según ese análisis, las mujeres participan en gabinetes ministeriales solo en un 28,5% en América Latina.
«Los promedios regionales de participación de las mujeres por tipo de cartera ministerial están concentradas en el área social y participan menos en las áreas políticas y económicas», dice la Cepal.
Este 27 de enero se posesionó un nuevo gobierno en Honduras con Xiomara Castro como presidenta, la primera mujer en ocupar ese cargo en el país. Hasta el momento, el gabinete que anunció tiene solo dos mujeres dentro del equipo: Rebeca Santos al frente del Banco Central —que no es un cargo ministerial— y Rixi Moncada como secretaria de Finanzas.
¿Por qué es importante la participación de mujeres?
«La igualdad de género es un tema de distribución del poder, es un tema de poder», dijo María Noel Vaeza, directora regional para las Américas y el Caribe de ONU Mujeres en un foro sobre mujer en la política el año pasado.
Pero para entender la paridad de género en la política, es necesario desenredar la diferencia entre la sola «participación» y avanzar más hacia el término de «democracia paritaria».
Según Vaeza, la paridad democrática —es decir donde hay un 50% de mujeres y hombres en cargos de poder y toma de decisiones— «es una herramienta de transformación de las relaciones de poder dentro de la sociedad». Gracias a esto se pueden generar nuevos roles para las mujeres distintos a los que tradicionalmente han tenido, así como redistribuir el poder.
«Es clave la transformación de la cultura política», dijo Vaeza. «(Transformar) los estereotipos y prejuicios que por siglos han excluido a las mujeres de espacios de poder».
Así mismo, con la participación de la mujer se pueden empezar a reconocer derechos, crear instituciones, crear políticas públicas que no solo afectan a las mujeres, sino «siempre pensando en un avance para la sociedad», según Line Bareiro, experta en derechos humanos, que también participó en el foro de ONU Mujeres en mención.
Además, las mujeres no solamente ofrecen cambios estructurales en la política, sino también cambian la manera de hacerla, dijo anteriormente a CNN la vicepresidenta de Costa Rica, Epsy Campbell.
«Tenemos que llamar a más mujeres. Este es un tiempo en que más mujeres tienen que estar en la política porque también cambian el tono, la perspectiva, cambian las prioridades. Y mucho más, gente joven».
Se necesita paridad, «no cuotas»
La participación de las mujeres en política va más allá de cuotas que se cumplen solo por apego a la ley, pero no en cargos que realmente impliquen poder de decisión, dicen expertas.
«Con las cuotas aprendimos que hecha la ley, hecha la trampa», dijo Vaeza. «Se podía por ejemplo que las mujeres tenían que estar de titulares, pero después se establecían negociaciones dentro de los partidos para que la mujer renuncie y quede de titular el hombre. Entonces se cumplía formalmente con la ley, pero después no era una verdadera igualdad sustantiva, que es a lo que queremos llegar», agregó Vaeza, al explicar por qué en democracia no se pude hablar solo de cuotas políticas.
Bareiro, por su parte, explicó en el foro sobre mujeres y democracia de ONU Mujeres que las diferentes maneras de participación de las mujeres:
Está una, la participación numérica, que se trata de cuántas mujeres están en el poder, sin que importe mucho más el rol de estas en la política. Luego está la participación sustantiva, que tiene que ver con el impacto de las mujeres en la política, y finalmente está la «paridad simbólica», que es cuando las mujeres ejercen el poder en las instituciones. Es decir, el poder real.
Un reporte de la Unión Interparlamentaria (UIP) y ONU Mujeres publicado este mes, dice que solo un 6% de mujeres, aproximadamente, son jefas de Estado o jefas de gobierno en el mundo. Solo un 20% de mujeres en todo el mundo son presidentas de parlamentos.
Y sobre los Ministerios, las mujeres que son ministras ocupan en su mayoría carteras de Asuntos sociales, de Familia, infancia juventud o tercera edad, así como Medio Ambiente.
Así que, en este sentido, las cuotas políticas no son suficientes.
«Tenemos varios años de cuotas, varios ejemplos de cómo se utilizó de manera poco democrática y por eso llegamos a un momento de decir: ¿por qué cuotas? Es mucho más democráticamente efectivo y mucho más deseable para el verdadero cumplimiento de los derechos políticos de las mujeres que integramos la sociedad en más de un 50%, es mucho más deseable una paridad», dijo Vaeza.
«Ya basta de pequeñas dádivas. Yo considero las cuotas pequeñas dádivas. Necesitamos una democracia fuerte, representativa de quienes somos para tener de una vez por todas una democracia plena».
Fuente Externa.