La carrera política del exmandatario brasileño Jair Bolsonaro se ve abruptamente interrumpida. Este viernes 30 de junio, la mayoría de los jueces del Tribunal Federal Electoral (TSE) votaron a favor de prohibir su postulación a cargos públicos por los próximos ocho años. El dictamen se produjo en medio del juicio contra el líder ultraderechista por abuso de poder, un caso que se remonta a las declaraciones y acciones del exmandatario con las que descalificó sin pruebas al sistema del voto electrónico de su país.
Apartado de la escena política por ocho años. Este es el fallo contra el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, una de las mayores figuras de la ultraderecha en América Latina.
Cinco de los siete jueces del Tribunal Supremo Electoral (TSE) votaron a favor de vetar a Bolsonaro por abuso de poder y uso indebido de los medios de comunicación tras concluir que el líder político arrojó dudas infundadas sobre el sistema de votación electrónica de su país.
Un dictamen que termina con las intenciones del exmandatario de presentarse a las elecciones presidenciales de 2026.
“Esta decisión acabará con las posibilidades de Bolsonaro de volver a ser presidente y él lo sabe (…) Después de esto, intentará mantenerse fuera de la cárcel, elegirá a algunos de sus aliados para mantener su capital político, pero es muy poco probable que regrese a la Presidencia”, señaló el profesor de ciencias políticas en la Universidad Insper de Sao Paulo, Carlos Melo.
El caso que mantendrá a Bolsonaro fuera de la política brasileña
Bolsonaro está acusado de abuso de poder, luego de que, según las autoridades, creara un movimiento nacional para anular el resultado de las elecciones presidenciales de 2022, en las que perdió la reelección frente al actual mandatario Luiz Inácio Lula da Silva.
Sus acciones desencadenaron, remarca la investigación, el ataque de cientos de seguidores del ultraderechista a las tres sedes del poder de Brasil, en la capital: el Congreso, la Presidencia y el Tribunal Supremo.
El exmandatario de extrema derecha está acusado de hacer uso excesivo de su autoridad al emplear los canales de comunicación del Gobierno para promover su campaña y arrojar dudas infundadas sobre el sistema de votación electrónico del país.
Si bien el año pasado de cara a los comicios sus críticas fueron frecuentes, el caso en su contra destaca una reunión convocada por Bolsonaro el 18 de julio de 2022, en el palacio presidencial. Allí, ante medio centenar de embajadores, el líder político descalificó sin pruebas la transparencia del sistema electoral y la propia democracia de su nación. El acto fue transmitido por la televisión pública bajo orden del entonces jefe de Estado.
“Bolsonaro abusó de las facultades de su cargo al convocar la reunión: jaque. Usó personal y edificios del gobierno con un objetivo electoral y mezcló los intereses del país con los de su campaña», resaltó Márlon Reis, experto en derecho electoral que ayudó a redactar las disposiciones de inelegibilidad.
«No es el fin de la derecha en Brasil»
Tras conocer este viernes la posición de los jueces, el ex jefe de Estado señaló que se trata de «una puñalada por la espalda».
Pero también indicó que «no es el fin de la política de derecha en Brasil (…) Seguiremos trabajando».
El expresidente ya esperaba su inhabilitación luego de que el jueves su futuro político quedara pendiendo de un hilo, ya que tres de los siete magistrados votaron a favor de inhabilitarlo, solo uno se pronunció de absolverlo y los jueces restantes emitirían su voto este viernes cuando finalmente la mayoría falló en su contra.
“¡Esto es una injusticia contra mí, mi Dios del cielo! Muéstrenme algo concreto que haya hecho contra la democracia (…) Quizás mi crimen fue hacer lo correcto durante cuatro años”, sostuvo Bolsonaro en la víspera de conocer el fallo.
En reiteradas ocasiones, el exmandatario ha rechazado las acusaciones de actuar incorrectamente y ha atribuido las acusaciones a una “cacería de brujas”, destinada a permitir que la izquierda de Brasil luche sin oposición en las elecciones de 2026, comicios a los que esperaba presentarse.
Las esperanzas del expresidente brasileño Jair Bolsonaro de recuperar la Presidencia en 2026 pueden estar casi muertas. Sin embargo, eso no significa que no habrá un Bolsonaro en el cargo dentro de tres años.
El jueves, poco después de aterrizar en Río de Janeiro, donde fue recibido con gritos de «criminal» y «golpista», el expresidente respaldó una posible participación de su esposa Michelle en los comicios de 2026.
«Por supuesto que apoyaría la candidatura de Michelle», subrayó.
Con Reuters y AP