Los síntomas de depresión en los jóvenes en todo el mundo se han duplicado durante la pandemia de covid-19 en comparación con los niveles prepandémicos. Uno de cada 4 adolescentes experimenta síntomas de depresión clínicamente elevados, según un análisis publicado recientemente.
Tan solo en Estados Unidos, el 30% de los adultos ha reportado síntomas de ansiedad y trastorno depresivo durante la pandemia, en comparación con el 11% reportado antes de su inicio, según la organización Kaiser Family Foundation (KFF, por sus siglas en inglés). Sin embargo, a pesar de que el 20% de los adultos reportó necesitar terapia o asesoramiento sobre salud mental, no la recibe.
La depresión es un trastorno que se debe a una alteración en los neurotransmisores que regulan el estado de ánimo y, según la Asociación Estadounidense de Psicología (APA, por sus siglas en inglés), es una condición que va más allá de la tristeza.
La Dra. Alejandra Solís Flores, especialista en Psiquiatría con alta especialidad en trastornos del sueño, señala que la depresión no solo implica síntomas emocionales, sino también físicos, como variaciones en el apetito o alteraciones en el patrón del sueño, y síntomas cognitivos, como afectaciones en la memoria, atención, concentración y en el pensamiento.
“El pensamiento en una persona deprimida es un pensamiento negativo. Todo el tiempo está pensando que él mismo no puede afrontar la situación o que la situación le rebasa”, explicó Solis Flores.
Por su parte, Daniela Chinchilla Ochoa, Dra. en Psicología especialista en salud mental reproductiva y de la mujer, describió a la depresión como una mancha de tinta. «Imagina que empieza en una parte de tu vida y empieza a extenderse a diferentes áreas. En la medida en la que esos síntomas empiezan a afectar la capacidad adaptativa de la persona es como podemos clasificar si es un trastorno leve, moderado o grave», dijo en entrevista con CNN en Español.
«Por eso es importante detectarlo (un cuadro depresivo) y tratarlo a tiempo para tener un mejor impacto en la calidad de vida de la persona, porque no desaparece», añadió.
Sin embargo, ambas especialistas en salud mental aseguran que todo tipo de depresión es tratable.
Dar el primer paso
“Creo que [buscar ayuda] es el primer paso que los pacientes tardan muchísimo en dar”, dijo Solis Flores. “La pandemia nos ha hecho que le demos mucha importancia [a la salud mental], pero efectivamente la gente se pregunta ‘¿a dónde o con quién me tengo que dirigir?’”, agregó.
La psiquiatra indicó que el primer paso es acudir a un médico y hacerle saber los síntomas, ya sea un médico general o algún especialista que el paciente consulte con regularidad. “Ellos en algunas ocasiones cuentan con el adiestramiento para el manejo inicial médico o también para que los deriven con un especialista en salud mental”, indicó Solis Flores.
Sin embargo, acudir en primera instancia a un psicólogo también es una opción, ya que este profesional está capacitado para evaluar la gravedad de los síntomas e iniciar un tratamiento psicoterapéutico, según sea necesario.
Solis Flores señaló que los psiquiatras pueden realizar una evaluación. “Estamos capacitados para evaluar de primera instancia un manejo, ya sea farmacológico o en muchas ocasiones, evaluamos y decidimos que con un tratamiento psicoterapéutico es más que suficiente”, añadió.
Asimismo, Chinchilla Ochoa indicó que cuando un paciente con un cuadro de depresión moderada y grave acude con un psicólogo en primera instancia, lo más seguro es que este lo refiera a un psiquiatra.
«Es la mejor mancuerna para tener mejores resultados», añadió.
La pregunta del millón: ¿cómo tratar la depresión?
La depresión afecta a cada persona de forma diferente, por lo que no existe un tratamiento único que pueda aplicarse a todas las personas, es por ello que es necesaria la evaluación de cada caso en particular.
«Muchas veces, cuando el padecimiento es de origen multifactorial o sea, hay alguna situación o algún problema que está generando la sintomatología, valdría la pena no solo tomar el tratamiento farmacológico, sino también acompañarlo con un tratamiento psicoterapéutico», indicó Solis Flores.
La psicoterapia, según explicó la especialista, es una serie de estrategias cognitivo-conductuales que a través de técnicas como la confrontación, reflexión y el cuestionamiento ayudan al manejo de cierto tipo de conductas.
«Lo que se hace en la psicoterapia es mejorar los mecanismos de afrontamiento que muchas veces los pacientes tienen ante ciertas circunstancias de la vida y que son las cuestiones que nos llevaron a una depresión», explicó Solis Flores.
Pero, ¿cuándo se necesita psicoterapia, un tratamiento farmacológico o ambos? La respuesta depende de qué tan leves, moderados o graves sean los síntomas del paciente, así como el tiempo que hayan estado presentes.
Según Solis Flores «hay casos en los cuales la sintomatología es leve, por lo que podrían ser tratados sin algún fármaco, pero eso depende mucho de la gravedad».
«Muchas veces cuando le decimos al paciente que se requiere un tratamiento farmacológico, entiendo la resistencia o el miedo, pero el hecho de retrasar un tratamiento, pues también incrementa la posibilidad de complicaciones de los pacientes», agregó.
La especialista explicó que al igual que como con otras enfermedades, como la diabetes —en donde los niveles de glucosa son regulados a través de la insulina— el cerebro también trabaja a través de sustancias químicas que regulan los estados de ánimo, por lo que, en ocasiones, es necesario utilizar un tratamiento farmacológico.
«Si tú atacas esa parte bioquímica de tu cerebro y lo trabajas de manera paralela en la psicoterapia, entonces vas a poder recuperarte y de manera más exitosa», indicó Chinchilla Ochoa, quien dijo que los medicamentos tricíclicos son los que tienen una mayor efectividad en el tratamiento de la depresión porque no generan ni tolerancia ni dependencia. «¿Qué quiere decir? Que no necesitas más medicamento para obtener el mismo resultado y no te vas a volver adicto a él (medicamento)», añadió.
Ambas especialistas resaltaron la importancia de generar una relación de confianza entre el paciente y el especialista. Al buscar a un terapeuta, el Instituto Nacional de la Salud Mental de EE.UU. (NIHM, por sus siglas en inglés) ofrece una serie de consejos, como:
- Preguntar por el área de especialización del terapeuta.
- Consultar sobre los tipos de tratamientos que ofrece.
- Averiguar cuánto podría durar el tratamiento y cuándo podrían mejorar los síntomas y calidad de vida.
- Buscar diferentes opciones hasta encontrar un terapeuta con el que te sientas cómodo.
¿Qué hay del «mindfulness»?
La conciencia plena o «mindfulness» es permanecer en el presente y prestar más atención a los pensamientos, sentimientos y entorno sin prejuicios. Pero, ¿qué tan eficaz es en la lucha contra la depresión?
Solis Flores indica que, en muchas ocasiones, la «mindfulness» funciona como un método de apoyo en un tratamiento psicoterapéutico y farmacológico. «Puede ser un acompañante. Muchas veces no es suficiente, pero puede acompañarte y ayuda bastante para optimizar el tratamiento para la depresión», indicó.
«El ‘mindfulness’ lo que te plantea es ‘cambia tu foco de atención’, lo que hace la terapia cognitivo conductual», indica Chinchilla Ochoa. «Es muy común que cuando estamos tristes, cuando estamos deprimidos, nos centramos en un pensamiento que se vuelve rumiante, que se vuelve cíclico y es lo que nos mantiene constantemente tristes. Lo que hace el ‘mindfulness’ es cambiar el foco de atención a otra cosa y normalmente lo lleva a a los sentidos, no tanto a tus pensamientos, lo lleva a tu cuerpo», añadió.
Sin embargo, la Dra. en Psicología indica que el «mindfulness» es una técnica más para el tratamiento y no un reemplazo para la psicoterapia y medicamentos.
En el caso de la terapia cognitiva basada en la atención plena (MBCT, por sus siglas en inglés), esta busca enseñar a las personas con antecedentes de depresión a desconectarse de los pensamientos disfuncionales que están profundamente arraigados. Existe evidencia de que la MBCT es eficaz como tratamiento para prevenir recaídas en personas que sufren depresión recurrente.
«Estos estudios han proporcionado evidencia de la eficacia de MBCT a la par con la farmacoterapia antidepresiva de mantenimiento y conducen a una reducción relativa del riesgo del orden del 30-40%», se lee en un estudio.
La terapia cognitiva basada en la atención plena, según la APA, es un programa grupal de ocho semanas que incorpora ejercicios de atención plena, como yoga, de conciencia corporal y tareas diarias, con total atención a lo que uno está haciendo.
¿Tiene cura la depresión?
Según Solis Flores, sí existe una cura, aunque depende de si el episodio depresivo es manejado y si el paciente cumple con el tiempo del tratamiento. «Puede estar el paciente sin sintomatología y puede nunca volver a tener un episodio depresivo. Sin embargo, también sabemos que ya es un factor de riesgo haber tenido un episodio depresivo previo para presentarlo en el futuro», explicó.
La especialista en Psiquiatría indicó que esto no quiere decir que una persona que sufrió un episodio depresivo va a estar siempre deprimida o que no va a superar la depresión.
«Podemos salir adelante, puede curarse, pero tiene que tener vigilancia o hacer que el paciente se sensibilice con los síntomas que presentó en el caso de un futuro episodio en caso de que se presente. No es una ley, pero es un factor de riesgo para que vuelva a tener un episodio depresivo en el futuro», concluyó.
¿Cómo ayudar o buscar ayuda?
Según la APA, el aislamiento social aumenta el riesgo de depresión, aunque agrega que discutir durante mucho tiempo los problemas con amigos puede de hecho «aumentar también la depresión».
Por eso, como la depresión es una enfermedad que «lleva altos costos en términos de problemas de relaciones», interpersonales, según la APA, también puede llevar problemas para la familia y hacer que la persona pierda problemas de productividad.
Psicólogos, terapia comportamental y medicamentos son tratamientos aprobados por expertos.
¿Qué hacer en caso de tener un ser querido con depresión, según Fundación Estadounidense para la Prevención del Suicidio.
1. No dejes a la persona sola.
2. Quita cualquier arma de fuego, alcohol, drogas u objetos cortantes que puedan usarse en un intento de suicidio.
3. Lleva a la persona a una sala de emergencias o busca ayuda de un profesional médico o de salud mental.
Fuente Externa.