El juez que preside el tribunal ha desestimado la causa en medio de las deliberaciones del jurado, pero la republicana anuncia que recurrirá
Sarah Palin, que fue gobernadora de Alaska y candidata republicana a la vicepresidencia de EE UU en 2008, va camino de perder la demanda por difamación contra el diario The New York Times. La política, en su día estrella del movimiento ultraconservador Tea Party, demandó en 2017 al rotativo por un error contenido en un editorial, rápidamente corregido, que la vinculaba con los discursos de odio y, en concreto, con un tiroteo reciente en el que resultaron heridos varios miembros del Congreso. El diario relacionaba ese suceso con otro ataque perpetrado en 2011 que costó la vida a seis personas e hirió muy grave a la congresista demócrata Gabby Giffords.
En realidad, no ha hecho falta siquiera aguardar al veredicto, ya que el juez que presidía el tribunal ha desestimado este lunes la demanda en medio de las deliberaciones del jurado, y al margen del veredicto de este, al considerar que los abogados de Palin no presentaron pruebas concluyentes acerca de la mala fe del diario al publicar la información. La política republicana ha anunciado que recurrirá la decisión y se plantea desafiar legalmente la consideración jurídica de la “mala fe”, el requisito utilizado para casos de posible libelo o difamación contra figuras públicas (originariamente funcionarios, luego ampliado a personalidades de las finanzas o el espectáculo, celebridades, etcétera).
El juez federal de distrito Jed Rakoff permitirá que el jurado, que comenzó a deliberar el viernes por la tarde, continúe su examen del caso para que los argumentos puedan ser usados en una apelación como la que Palin promete.
El editorial del Times se titulaba Las políticas letales de EE UU. Según la versión publicada inicialmente, Palin habría incitado al pistolero a perpetrar el tiroteo masivo de 2017 porque su campaña había publicado una imagen en Facebook de distritos demócratas marcados con un punto de mira. El rotativo corrigió el editorial al día siguiente y Palin presentó la demanda dos semanas después. El propio Rakoff desestimó la demanda en agosto de 2017 y dictaminó que el Times había cometido un “error”, pero que la exgobernadora de Alaska no había probado que el error “se cometió con mala fe, es decir, sabiendo que era falso o con un desprecio imprudente de su falsedad”.
Palin no se desanimó y siguió recurriendo, como amenaza con hacer de nuevo, en un caso que muchos interpretan como un intento de quebrantar el sólido sistema de salvaguardas legales del que disfrutan los medios de comunicación y los periodistas en EE UU. Palin sería, según la interpretación al uso, el ariete con que la derecha más conservadora aspira a derribar la protección que brinda la Primera Enmienda, que consagra la libertad de expresión y prensa, un objetivo sobre el que también se han pronunciado dos jueces del Tribunal Supremo, ambos conservadores.
“Si [Palin] pierde el juicio y las apelaciones, sin duda pedirá al Tribunal Supremo que cambie las leyes contra la difamación para facilitar que los demandantes ganen, en concreto la regla que exige al demandante que demuestre mala fe serias dudas acerca de la verdad de lo publicado por parte del periodista. No creo que el Supremo cambie la ley y no debería hacerlo, porque si resulta más fácil para el demandante ganar juicios por difamación, la prensa cubriría menos asuntos de interés, escribiría menos artículos de investigación y escrutaría menos al Gobierno y a las instituciones, y eso sería malo para la democracia”, adelantaba en vísperas del juicio Georges Freeman, director ejecutivo de Media Law Resource Center y exabogado del diario.
“Los abogados de Sarah Palin se hicieron famosos al demandar al portal Gawker, logrando un fallo a su favor de 140 millones de dólares que dejó a Gawker fuera del negocio” en 2010, recordaba Dave Heller, vicedirector de Media Law Resource, haciéndose eco del temor existente en el mundo de la comunicación de que “la retórica contra la prensa del expresidente Trump y otros pueda influir en los jurados para otorgar indemnizaciones cuantiosas e injustificadas que amenazan [también económicamente] la libertad de prensa”. Palin había solicitado cerca de 500.000 dólares por el menoscabo de su reputación que, a su juicio, constituyó el editorial del Times.