Salvador Ramos entró al aula de cuarto grado de la Robb Elementary en Uvalde, Texas y anunció: «Ustedes van a morir». Estaba armado y algunos minutos antes había utilizado su rifle para matar a su abuela y luego enfrentarse con la policía en una persecución demencial. Ahora atrincherado en el salón escolar, el joven de 18 años prometía seguir con la matanza.
Amerie Jo Garza tenía su teléfono en la mano. La extrovertida niña de 10 años, que a las 10 de la mañana de aquel martes trágico había sido nombraba para el cuadro de honor de la escuela, simplemente pensó en pedir ayuda. Se vistió de heroína y dio la vida por todos. Marcó 911 en su celular y llamó a emergencias. Ramos la vio y le disparó. La niña murió al instante.
Su abuela Berlinda Irene Arreola guarda como un tesoro la última foto de la pequeña. Esa imagen que le habían tomado esa misma mañana cuando la niña había sido premiada por la institución y mostraba con orgullo y una gran sonrisa, el cartel con el colorido certificado escolar que la incluía entre sus estudiantes más importantes.
En diálogo con el medio The Daily Beast, Arreola describió lo que sucedió en los últimos minutos con vida de su nieta: «Entonces el pistolero entró y les dijo a los niños ‘ustedes van a morir’. Y ella tenía su teléfono y llamó al 911. Y en lugar de agarrarlo y romperlo o quitárselo, él le disparó. Estaba sentada justo al lado de su mejor amiga. Su mejor amiga estaba cubierta de su sangre».
Amerie fue una de los 19 niños asesinados por Salvador Ramos, que según el Departamento de Seguridad Pública se atrincheró en el aula de cuarto grado y disparó a «cualquier cosa que se interpusiera en su camino». «Mi nieta fue asesinada a tiros por tratar de llamar al 911, murió como una heroína tratando de obtener ayuda para ella y sus compañeros de clase”, destacó Arreola todavía en shock.
La dramática espera de la familia
Para los padres de Amerie Jo Garza el día más triste de sus vidas incluyó más de 7 horas sin tener novedades sobre lo que había ocurrido con su hija. Cuando se difundió la noticia del tiroteo y el enorme número de víctimas, los familiares de la niña comenzaron la larga lucha para averiguar algo sobre la niña, que al principio estaba desaparecida.
Desesperado, minutos antes de las 20, el padrastro de Amerie Jo, Ángel Garza, acudió a Facebook para pedir ayuda sobre el paradero de la niña: «No pido mucho o casi no publico aquí pero por favor, han pasado 7 horas y todavía no he sabido nada de mi amor. Por favor facebook ayúdame a encontrar a mi hija”.
Garza, que había criado a Amerie Jo junto a su madre desde que era bebé, volvió a utilizar su cuenta de Facebook poco después de las 23, para anunciar que les habían confirmado la peor noticia: Amerie Jo era una de las víctimas.
«Mi pequeño amor ahora vuela alto con los ángeles de arriba. Por favor, no den un segundo por sentado. Abracen a su familia. Díganles que los aman. Te amo Amerie Jo. Cuida a tu hermanito por mí», señaló el hombre en referencia al hermanito de 3 años de la niña.
«Ella era súper extrovertida. Tenía un corazón generoso. Ella siempre estaba allí para darle una mano a cualquiera. Ella era la favorita de su maestro. Acababa de recibir su premio hoy. Era muy inteligente y estaba ansiosa por hacer una vida por sí misma», destacó la abuela, conmovida por el abrupto final de su nieta.